ALGO DE HISTORIA SOBRE LOS HÁMSTERS

Existen muchas especies de hámsters distintas, pero con gran diferencia, la más popular de ellas es la del hámster sirio o dorado, una criatura originaria de las regiones desérticas de Siria.

Las primeras descripciones que se tiene de la especie datan del sigo XVIII, si bien hasta un siglo más tarde no se tuvo una prueba tangible de su existencia. En 1839, en el zoólogo George Waterhouse realizó una expedición a Siria y envió un esqueleto de hámster junto con su piel a un museo de Londres. Se cree que el cónsul británico, de nombre Skene, fue el primero en importar los primeros espécimenes vivos a Gran Bretaña, aunque no se tiene información de que estos animales tuvieran descendencia. Los hámsters que conocemos hoy en día están emparentados, práctica mente sin excepción, con los ejemplares que capturó el profesor Ahoroni, de la universidad de Jerusalén, en 1930.

El profesor Ahoroni se encargó de enviar a la progenie de los animales capturados a laboratorios, zoológicos y universidades, tanto de Gran Bretaña como de EE.UU. Los viajeros que siguieron visitando Siria en los años posteriores ampliaron la reserva de hámsters salvajes para su reproducción en Europa hasta que, finalmente, el hámster sirio se abrió paso desde las universidades a particulares y pronto empezó a ser una criatura enormemente conocida y apreciada. El primer club de hámster del mundo nació en Inglaterra en el año 1945.

La de nominación hámster sirio puede inducir a cierta confusión. Muy pronto, empezó a llamarse de forma vulgar a los ejemplares originales que tenían un pelaje dorado "hámsters dorados" , un apodo que sigue estando muy extendido. Sin embargo, los hámsters dorados componen tan sólo una parte mínima dentro de la especie, por lo que los aficionados más serios son más partidarios de utilizar el nombre de sirios.